Es una artista genuina, con raza, carácter, personalidad y, una voz, incontestable. Por eso nos gusta, porque siempre ha sido capaz de reinventarse y superar los surrealismos de la vida (y el amor, en especial). Llegó a Torrelavega, y conquistó el corazón de todos. Disfrutó de un camerino personalizado con nuestra decoración, tan exquisita como tendenciosa. Y se mostró muy agradecida con todas las atenciones. Eso sí, prefirió peinarse y maquillarse ella (muy sencilla) a sabiendas que lo daría todo en el escenario. Y así lo hizo. Grande Laura. Enorme Chenoa.