12 de agosto de 2012

Érase un pelazo


Érase una mujer pegada a un pelazo. Tan pelazo era que en él la entraba desde un exnovio, la termomix, una bicicleta plegable, su set de maquillaje, unas palas, un paragüas para lluvias fortuitas... Dicen que veía a través de sus propios cabellos. Pero lo que estaba claro es que a ella nadie la tomaba el pelo...

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